Nelson Morales explora la construcción de la masculinidad y la feminidad como elementos asociados a la identidad mexicana. Su arte, a través de la fotografía, está enfocado principalmente en la diversidad e identidad sexual.
Él es oaxaqueño y es muxe.
Con pocas palabras no se describe a una persona pero para Nelson Morales ser muxe define su primer acercamiento a su arte, su inspiración, su cultura y sus raíces, su percepción de la belleza y su desarrollo personal; ser muxe define quién es él y documentarlo, es su arte.
En la región zapoteca del Istmo de Tehuantepec se utiliza el término muxe para denominar en general «a la persona homosexual o que cumple ciertos roles femeninos, un tercer genero» pero en realidad, la cultura muxe es una identidad más compleja. Según el artista, también existen los otros muxes: los que no asumen una identidad exageradamente femenina son los muxes nguiiu —que significa hombre en zapoteco. También está el muxe gunaa —que significa mujer— y que quiere ser mujer, o el muxe huiini, que es el muxe niño».
Nelson Morales comenzó a retratar su cultura para reencontrarse con sus raíces y por la búsqueda de su propia aceptación y liberación. La fotografía se convirtió en su forma de expresión pero sobre todo, en un mecanismo de pertenencia, para verse y aceptarse a sí mismo como muxe. Desde los 16 años ha vivido rodeado de muxes y se ha sentido atraído por su estilo de vida. Su proyecto comenzó en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, documentando la cotidianidad de su cultura y la belleza que representa.
Cada fotografía de Nelson Morales tiene impreso un sentimiento para inspirar a los demás, especialmente a nuevas generaciones para que no dejen de creer en sí mismos, que luchen por sus sueños sin importar de dónde vengan, de qué color sea su piel o cuáles sean sus preferencias.